lunes, 21 de septiembre de 2009
Ya no son los mismos
Como suele ocurrir, después de que asistes a un concierto, tu vida sigue como antes. Al día siguiente vuelves a lo tuyo. A tus quehaceres, tu trabajo, tus estudios, tus tareas y tus achaques. Lo mismo le ocurrió al millón de cubanos que el domingo fue a la Plaza de la Revolución. Volvieron a lo suyo. Cómo no. cinco horas de canciones, sol y multitudes, no cambian la vida como por arte de magia. Claro, uno vive los días que siguen con el recuerdo, el grato recuerdo, de la música, los bailes y los gritos. Sin embargo, donde sí produjo un cambio el recital “Paz sin fronteras” fue entre otros cubanos, aquellos que no asistieron a la cita en La Habana, que la vieron animados por televisión o que se negaron a hacerlo y prefirieron salir a la calle a romper discos de Juanes. El recital mostró que la voz más fuerte en Miami ya no es la de los intransigentes, los vociferantes; que estos son cada vez menos, y lo que quieren el diálogo, el reencuentro y el futuro están sacando la voz y conquistando, ahora sí, las calles.