viernes, 31 de mayo de 2013

Comandante de las letras revolucionarias

Luis Pavón Tamayo, señalado como el artífice del llamado “quinquenio gris” y como uno de los censores en Cuba en los 70, falleció el pasado sábado 25, a los 83 años en La Habana. Pavón, quien fue director Verde Olivo, la revista de las Fuerzas Armadas, y presidente del Consejo Nacional de Cultura, entre 1971 y 1976 (instancia que después pasaría a ser el Ministerio de Cultura), fue acusado de haber encabezado una campaña para vetar a algunos intelectuales y artistas, como José Lezama Lima y Virgilio Piñera, muchos de ellos por su condición de homosexuales.

Revuelo causó en algunos círculos su aparición en 2007 en la televisión cubana —en el espacio Impronta, dedicado a rescatar la obra de personalidades de la cultura nacional—, y especularon con el regreso de algunas de las prácticas de ese “quinquenio”, en esos primero meses de la gestión de Raúl Castro, tras el retiro de Fidel. Pero nada de eso pasó. Sólo fue una histeria, luego llamada la “guerrita de los emails”.

Curiosamente el fallecimiento de Pavón no ha sido publicado por ningún medio relevante, ni en Cuba ni en el exterior, y todas las informaciones divulgadas se han remitido al blog Libreta de apuntes del escritor Norberto Fuentes, que fue quien divulgó la noticia. El silencio sobre el deceso de Pavón llama la atención considerando su relevancia en las décadas de los 60 y 70 en el ámbito cultural de la isla.

Luis Pavón, quien nació en Holguín el 31 de marzo de 1930, participó en la lucha clandestina contra Batista. Estudió Leyes pero se dedicó al periodismo. Trabajó en varios medios escritos cubanos como Norte, Verde Olivo, Cuba, Bastión, Granma, Bohemia. Fue profesor de la Escuela de Periodismo de las Fuerzas Armadas entre 1967 y 1969. Publicó varios libros de poemas y dos novelas policíacas. Y fue miembro fundador de la Unión de Periodistas de Cuba.

Pese a las palabras y los litros de tinta que se emplearon durante las últimas décadas en su contra, Pavón nunca salió a responder ni a defenderse, ya que entendía —según algunos cercanos— que había hecho lo que le correspondía hacer y eso era acatar las decisiones del Comandante en Jefe, Fidel Castro. Pero no se limitó a eso. Pavón fue un gestor cultural y estuvo detrás de la carrera de no pocos, como el cantautor de Silvio Rodríguez, desde sus tiempos como conscripto, y fue un pluma ágil para pulir los escritos de Ernesto Guevara en Verde Olivo. No por nada el Che decía de él que era “el comandante de las letras revolucionarias”.

Precisamente fue Norberto Fuentes uno de quienes ‘sufrió’ la mano de Pavón. En septiembre de 1968 una crítica no firmada en Verde Olivo sobre Condenados de Condado fue el comienzo de los años grises de Norberto. El propio Fidel Castro había exigido a Pavón que destrozara el libro de cuentos de Fuentes con el que había ganado el Premio Casa de las Américas a comienzos de ese año. El director de la revista hizo la crítica, pero —para desagrado de Fidel— no arrasó con el texto, sino que dejó la puerta entreabierta para el regreso de Norberto. Dicho y hecho, Pavón fue clave en la reincorporación de Fuentes a la primera línea de literatura cubana y quien le encargó una nota que a la postre terminaría convirtiéndose en el libro Hemingway en Cuba.

jueves, 9 de mayo de 2013

El libro ajeno

FILE - In this black and white file photo from the mid-1900's, released by the
John F. Kennedy Presidential Library and Museum in Boston, shows Ernest
Hemingway, second from right, and Gianfranco Ivancich, right, dining with
an unidentified woman, left, wife Mary Hemingway, second from left, and
Juan "Sinsky" Dunabeitia, center, at Hemingway's villa Finca Vigia in
San Francisco de Paula, Cuba. Cuba and a private U.S. foundation are
working together to preserve more of the novelist's papers and belongings
that have been kept at his home near Havana since he died in 1961.
The digitization of 2,000 Hemingway papers and materials will be transferred
to Boston's John F. Kennedy Library. (AP Photo/John F. Kennedy Presidential
Library and Museum, File) Cuba Hemingway Collection.


Documentos de Hemingway en Cuba a Biblioteca JFK

Por Brett Zongker (The Associated Press), Washington  
6 de mayo de 2013

Académicos y el público en general podrán tener mayor acceso a los libros y grabaciones que Ernest Hemingway dejó en Cuba, donde escribió algunas de sus obras más famosas, al partir hacia Estados Unidos.

Cuba y una fundación privada estadounidense colaboran para preservar más de los documentos y pertenencias que quedaron en la casa, cerca de La Habana, desde la partida del novelista, que murió en Estados Unidos en 1961. El lunes en el Capitolio estadounidense, el representante James McGovern de Massachusetts y la Finca Vigia Foundation con sede en Boston anunciaron la digitalización de 2.000 documentos de Hemingway y otros materiales. Las copias digitales serán transferidas a la Biblioteca John F. Kennedy en Boston.

Esta es la primera vez que alguien en Estados Unidos ha podido examinar estas pertenencias del escritor guardadas por años en su casa en Cuba, la Finca Vigía. Los documentos incluyen pasaportes que muestran los viajes de Hemingway y cartas que hablan de obras como El viejo y el mar.

Jenny Phillips, la nieta del editor de Hemingway, Maxwell Perkins, creó la Fundación Finca Vigia en 2004 tras una visita a La Habana en la que vio la casa del escritor en el abandono y se enteró de que había muchas grabaciones en el sótano de la vivienda. Phillips hizo las gestiones para que el Departamento de Estado y el Tesoro le dieran permiso para enviar a conservadores y archivistas a Cuba para ayudar a salvar los archivos literarios.

"Son los despojos y los desechos de la vida de un escritor. Es su vida y su obra", dijo Phillips. "Todos esos pedacitos y piezas se juntan para crear un gran rompecabezas".

Los archivos recientemente digitalizados incluyen cartas de Hemingway a la actriz Ingrid Bergman y otras a su esposa Mary, pasaportes documentando sus viajes, cuentas en bares, listas de compras y anotaciones sobre huracanes. No incluye ningún manuscrito.

Un esfuerzo de digitalización anterior divulgó 3.000 archivos de Hemingway en 2008 y presentó por primera vez fragmentos de manuscritos, incluyendo un final alternativo para Por quién doblan las campanas y correcciones a borradores de El viejo y el mar.

En la Finca Vigía continúan las obras de restauración. Se está construyendo un nuevo edificio climatizado en el que se albergarán los libros del escritor y las grabaciones originales.

"Desde hace años los académicos tratan de ver qué hay ahí, y por la situación política entre ambos países los cubanos se aferraron muy pronto a lo que tenían", dijo Phillips, quien ha negociado entre los cubanos y los estadounidenses para tener acceso a la colección de Hemingway. "Creo que es una colaboración extraordinaria y única entre los dos países".

McGovern, quien aboga por regularizar las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, ha calificado la colaboración por Hemingway como histórica.

La biblioteca Kennedy tiene una gran colección de Hemingway con más de 100.000 páginas de escritos y 10.000 fotografías gracias a la intervención de Jacqueline Kennedy para albergarlos. Tras la muerte del escritor en 1961 el presidente John F. Kennedy ayudó a que la esposa del escritor, Mary Welsh Hemingway, regresara a Cuba para recuperar sus pertenencias, pero Mary sólo se pudo llevar lo que cupo en un bote. El resto lo quemó, por considerarlo demasiado íntimo, o lo dejó en la casa.

— O —

La academia americana parece no hacer el mínimo esfuerzo por documentarse, o por lo menos googlear (quizá algo muy poco académico, pero por lo menos efectivo), sobre Hemingway y sobre lo que dejó en San Francisco de Paula, La Habana, y hace afirmaciones sin un chequeo básico. A las señoras de la Fundación Finca Vigía y de la Biblioteca Kennedy solo les bastaría consultar dos libros de Norberto Fuentes, para darse cuenta de que están vendiendo (o comprando) chatarra. Especialmente por el hecho de que los documentos y manuscritos más relevantes e importantes que quedaron el sótano de Finca Vigía —y que ahora ofrecen digitalizados para evitar un engorroso viaje a La Habana para poder leerlos, todo por una gentileza (¿y unos cuantos dólares de por medio?) de los cubanos— ya fueron reproducidos en las páginas de Hemingway en Cuba en… 1984. Es decir, hace casi 30 años. Incluso la Biblioteca Kennedy entrega la imagen que encabeza esta nota sin lograr identificar a la mujer en primer plano. Ya en Ernest Hemingway: Rediscovered —el segundo libro de Fuentes sobre el novelista americano— Norberto resolvió la incógnita: es una prima de Mary Welsh Hemingway, Bea, la esposa de Homer Guck. Ver también en este blog.