lunes, 4 de agosto de 2008

Que se vienen (otra vez) los rusos


Rusia ha cruzado la línea roja. Esto considerando la advertencia del general de la Fuerza Aérea estadounidense, Norton Schwartz. El primer ministro ruso, Vladimir Putin, aseguró hoy en forma explícita que su país debe recomponer lazos con Cuba para "reestablecer posiciones" en la isla, en referencia a las que Moscú tenía allí en tiempos de la Unión Soviética. Las declaraciones del ex Presidente ruso y verdadero hombre fuerte del Kremlin, las hizo durante una reunión con sus principales ministros, según la agencia de noticias Interfax, y serían la prueba de que La Habana ya habría alcanzado un acuerdo en esa línea con sus antiguos aliados europeos.

Las palabras de Putin vienen a confirmar lo publicado el 21 de julio por el diario Izvestia cuando sostuvo que las Fuerzas Armadas rusas estaban considerando la posibilidad de comenzar a enviar en forma regular bombarderos de largo alcance a Cuba, en respuesta al proyecto estadounidense de instalar un sistema antimisiles en Europa Oriental. Esa versión tuvo una rápida respuesta en Estados Unidos del general Schwartz, cuando declaró ante el Senado de su país que Moscú cruzaría la línea roja (la supuesta frontera de la seguridad de Estados Unidos) si esa reanudación de vuelos, así como su regreso a las bases que alguna vez tuvo en Cuba, se llevaba a cabo.

Putin hizo esos comentarios, además, pocos días después de la visita a Cuba de una delegación rusa de primer nivel, encabezada por el viceprimer ministro ruso, Igor Ivanovich Sechin, y el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, general Nikolai Patrushev. Sechin oficialmente trabajó en los años 80 como intérprete de los diplomáticos soviéticos destacados en Mozambique y Angola. Sin embargo, el funcionario habría sido el agente residente del KGB en esos países africanos, coincidentemente dos de las naciones de ese continente que contaron con una enorme presencia cubana en sus territorios. Patrushev, en tanto, fue agente del KGB y jefe del FSB, el organismo que sucedió al KGB tras el fin de la URSS.

Los años 1991 y 2001 marcaron el fin –al parecer temporal, a la luz de los hechos actuales– de la colaboración entre La Habana y Moscú, siempre por decisión del gobierno euroasiático y pese a la resistencia de la isla caribeña. El primer año determina el retiro de la brigada de militares soviéticos de Cuba, mientras que una década después se produjo la salida de los operarios rusos de la estación de inteligencia de Lourdes. Todo ello para que los rusos, después de años de divagaciones, vuelvan al Caribe y terminen por darle la razón a Cuba.