
"Los destituidos fueron acusados de deslealtad, abuso de poder, de cometer indiscreciones graves -(el ex vicepresidente Carlos) Lage reveló a Conrado (Hernández) la elección de (el actual vicepresidente primero, José Ramón) Machado Ventura antes de que fuese oficial- y de albergar ambiciones políticas. Nada de corrupción ni conspiración, por ello ninguno fue detenido ni expulsado del Partido Comunista. (El ex canciller, Felipe) Pérez Roque y (el ex vicepresidente del Consejo de Ministros, Otto) Rivero trabajan en la actualidad como ingenieros electrónicos en dos fábricas de La Habana. (El ex secretario de Fidel Castro, Carlos) Valenciaga está en los archivos de la Biblioteca Nacional, y Lage, al parecer, sigue aún en su casa, con el estatus conocido en Cuba como plan pijama, sin nada que hacer".