viernes, 16 de abril de 2010

Fallece Carlos Franqui

Hace casi 20 años el cubano Carlos Franqui decidió regresar a una isla del Caribe para pasar sus últimos años de vida. Así cambió Italia, país en el que se había instalado en 1967, por Puerto Rico, lugar donde lo encontró la muerte este viernes. Tenía 89 años, una importante obra como periodista, escritor y crítico de arte, y un rol destacado en los años fundacionales de la Revolución Cubana.

Entre sus libros más importantes están El libro de los doce (1968), Diario de la Revolución Cubana (1976), Retrato de familia con Fidel (1981), Vida, aventuras y desastres de un hombre llamado Castro (1988), Camilo Cienfuegos (2001) y Cuba, la revolución: ¿mito o realidad? (2006). Muchos de ellos son lectura obligada para los estudiosos del proceso cubano.

Había nacido en 1921 en Clavenillas, en el centro de Cuba, en un ingenio azucarero, en el seno de una familia campesina. Siendo muy joven ganó una beca para estudiar en La Habana, donde se empaparía de las ideas de izquierda. Incluso por algunos años militaría en el Partido Socialista Popular (PSP). En los años siguientes establecería amistad con personajes como Guillermo Cabrera Infante y con Wilfredo Lam.

Tras el golpe de Estado de Fulgencio Batista de 1952, fue perseguido, detenido y torturado. Salió al exilio, primero a México, después a Tampa y luego a Miami. Regresó clandestinamente a la isla, donde se sumó a la guerrilla de Fidel Castro en la Sierra Maestra. Ahí le correspondió dirigir Radio Rebelde y el diario Revolución.

Con el triunfo revolucionario de 1959 fue nombrado director de Revolución, ya convertido en el periódico oficial. Más adelante fundó con Guillermo Cabrera Infante el suplemento cultural Lunes de Revolución. Fue el gran gestor de la visita de Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir a Cuba. En 1963 dejó la dirección del diario –que dos años después, con la fusión con el diario Noticias de Hoy, pasaría a llamarse Granma- y se dedicó a los quehaceres culturales, aunque con un pie instalado en Europa. En 1967 llevó a Cuba que el Salón de Mayo de París, en el que había obras de Picasso, Max Ernst, Monory, Matta, Masson y Calder.

Fue tras el Salón de Mayo que salió de la isla definitivamente y se instaló en Italia, pero su ruptura oficial con la revolución se produjo cuñado firmó una carta en rechazo a la invasión soviética a Checoslovaquia, en 1968.

Su exilio no fue fácil, ya que mientras La Habana lo calificaba de traidor, parte de la diáspora cubana lo veía con desconfianza en los primeros años de la revolución. De todas formas realizó importantes libros de arte al colaborar con Tapies, Calder y Miró, entre otros. En 1991, con su salud delicada, se marchó a Puerto Rico donde siguió escribiendo y en 1996 fundo la revista Carta de Cuba donde se publicaban trabajos realizados en la isla de escritores y periodistas independientes.