En la visita a Venezuela de esta semana, el Presidente cubano Raúl Castro, dio una señal de que no piensa, por ahora, hacerse a un lado. Apareció, muy sonriente y junto a Hugo Chávez, sin los anteojos a los que nos tenía acostumbrados durante décadas. Un gesto para enviar el posible mensaje: "Pese a que voy camino a los 79 años, no pienso
delegar el poder como lo hizo mi hermano a esa edad. Ya estoy instalado y todo el aparato asumió ese cambio".