Rodríguez es hijo del general (R) Guillermo Rodríguez del Pozo, conocido como Gallo Ronco, quien fuera presidente del Centro de Estudios de la Información de la Defensa, y que en sus años de juventud fue compañero de Fidel Castro en la Universidad de La Habana aunque después siguió la carrera militar tras los pasos de Raúl Castro. El yerno de Raúl Castro también es oficial de las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias), graduado universitario en Moscú, en Economía y Finanzas, y todas las fuentes consultadas aseguraron que es una de las personas en las que más confía al actual Presidente de los consejos de Estado y de ministros de Cuba.
Tiene alrededor de 50 años y ostentaría el grado de coronel. Durante años fue el número dos, como director general, del Grupo de Administración Empresarial (Gaesa), detrás del general Julio Casas Regueiro. Pero con el nombramiento de Casas como ministro de Defensa, en febrero de 2008, en reemplazo del propio Raúl Castro, el yerno pasó a la primera línea de ese holding. Gaesa -según algunos reportes- concentra la administración de más de 300 empresas (como Almacenes Universales, TRD Caribe, Gaviota S.A., Antex S.A., Sermar S.A., Aerogaviota, etc.) que generan casi el 90% de las exportaciones, el 60% de los ingresos turísticos, casi el 25% de los ingresos por servicios, 60% de los ingresos en divisas y más del 65% de todo el comercio minorista en moneda cubana convertible. Da empleo a 20% de los trabajadores estatales. Tiene oficinas en lugares como en Panamá, Angola, Sudáfrica, Ginebra y Chipre.
Durante años Luis Alberto Rodríguez ha tenido sus oficinas en el edificio del Ministerio de Defensa, o Minfar, en la sección V, sobre actividades económicas, financieras y contables de las FAR, muy cerca del despacho que tuvo allí por más de cuatro décadas su suegro. El yerno, además, "ha estado muy vinculado a los servicios de contrainteligencia, porque siempre ha sido muy cercano del actual viceministro del Ministro del Interior y ex jefe de la Contrainteligencia Militar, el general Carlos Fernández Gondín", aseguró Alcibíades Hidalgo, ex jefe del despacho político de Raúl Castro.
Es un hecho conocido que Raúl Castro, a diferencia de su hermano Fidel, ha demostrado una gran preocupación por los lazos familiares. Ello al punto que siempre se ha mostrado deferente con su ex cuñada Mirta Díaz-Balart en sus viajes a Cuba para ver a su hijo, Fidel. Y eso mismo se ha visto en su estrecha cercanía con Rodríguez. No por nada es el marido de su hija mayor, Deborah, y el padre de quien fue su primer nieto varón. Los Rodríguez-Castro tienen dos hijos, que llevan los nombres de sus dos abuelos maternos, Raúl y Vilma (por Vilma Espín, fallecida en 2007 y durante décadas el rostro femenino de la Revolución Cubana).
Y esta diferencia se ha notado en el hecho de que el actual gobernante ha puesto a sus familiares en posiciones, al menos, destacadas. Algo que nunca quiso Fidel Castro, ya que desechó la figura de la primera dama, mantuvo ocultos a los hijos que tuvo con Dalia Soto del Valle, e incluso no tuvo problemas para destituir en 1992 a su hijo, Fidel Castro Díaz-Balart, como presidente de la Comisión de Energía Nuclear de Cuba.
La primera que comenzó a brillar en el nuevo escenario de la isla fue otra de las tres hijas de Raúl, Mariela. La mujer, quien fue esposa del frentista Juan Maco Gutiérrez Fischmann, El Chele, encabeza el Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba, y como tal ha liderado públicamente un debate para luchar contra la discriminación de las minorías sexuales. Además, en al menos una ocasión, actuó jugando el rol del primera dama. El único hijo varón de Raúl Castro, Alejandro, coronel del Minint, ha comenzado también a aparecer con mayor frecuencia, ya sea como asesor de su padre, en Cuba y en extranjero, o lanzando un libro de su autoría.
Pero quien ha logrado la mayor exposición pública es Raúl Rodríguez Castro, el hijo de Luis Alberto Rodríguez y nieto de Raúl Castro. El joven, conocido en su circulo familiar como El Cangrejo, aparece en las imágenes siempre junto a su abuelo, cumpliendo funciones de asistente y hombre a cargo de su seguridad.
El cangrejo y las mieles
Por Alcibíades Hidalgo
Ex jefe del despacho político de Raúl Castro
Publicado en La Tercera
Confieso que me resulta difícil identificar al joven escolta que acompaña incesantemente al menor de los Castro y vigila su entorno con ceño fruncido con el simpático chiquillo que a mediados de los años 80 convirtió en abuelos al matrimonio de Raúl Castro y Vilma Espín. Como si faltaran estrellas entre sus ancestros, Raúl Guillermo Rodriguez Castro, hijo de Deborah, la primogénita de una prole de tres hembras y un último varón, es además nieto de generales por partida doble. Su abuelo paterno, Guillermo Rodríguez del Pozo más conocido como Gallo ronco por la aspereza de su voz- acompañó las andanzas de los hermanos Castro desde la Universidad de La Habana hasta la Sierra Maestra y luego medio siglo más hasta alcanzar el máximo grado militar en las filas revolucionarias.
Nada hacía suponer que el primer nieto de semejante linaje terminaría guardando públicamente las espaldas de su abuelo más importante, el mismo, por cierto, que desde su nacimiento lo apodó El Cangrejo, por la presencia de un sexto dedo en una de sus manitas. En sus cumpleaños infantiles no faltaron regalos como el caballito enano que el Comandante de la Revolución Guillermo García descontó de sus establos para la exportación y le llevó personalmente para regocijo del pequeño. El futuro quizás esclarezca que hacía allí, de escolta, ocupando el lugar del siempre fiel coronel Fonseca.
El padre de aquel niño, Luís Alberto Rodríguez López-Callejas, se inició recién llegado a la familia, en los complicados y secretos manejos de las corporaciones auspiciadas por las Fuerzas Armadas Revolucionarias y su nombre, y su grado de coronel obtenido en económicas batallas, es citado ya con propiedad entre los hombres más poderosos del último tramo del castrismo. Y es que si alguna novedad hay en el gobierno de Raúl Castro es la aparición de varios de sus familiares directos, acercándose curiosamente a primeros planos de la vida nacional vedados durante décadas. Además del nieto y el yerno, otro coronel Castro, esta vez en uniforme del Ministerio del Interior aparece ocasionalmente junto a su padre en las fotos de las visitas al predio original de la familia en Galicia, las pirámides de Egipto o las reuniones cruciales en el Palacio de la Revolución. Alejandro Castro Espín, un ingeniero del que no se conocían aspiraciones políticas parece buscar también ahora su lugar en la historia.
Más notoria y desinhibida es Mariela, la segunda hija, autorizada por herencia materna a hablar de igualdad de género o cambios de sexo en un país inmutable por decreto. Protectora de homosexuales si prefieren el partido único, y siempre lista a defender la obra en Barcelona o París. Son, simplemente, las mieles del poder a la cubana, las mismas que Fidel Castro desautorizó a Carlos Lage y Felipe Pérez Roque por hijos ilegítimos de una revolución con apellidos.