Podría ser un caso de estudio en las universidades norteamericanas pero también un ejemplo de cómo algunos magistrados creen estar en la república independiente de Miami y no formando parte del sistema judicial de Estados Unidos. Eso porque contra toda jurisprudencia avalaron la tesis de que una grabación de video histórica no tiene dueño.
Este es el caso. El 15, 16, 17 y 18 de julio de 2008, con motivo del aniversario de la Causa Número 1 en Cuba, un caso de 1989 de supuesto narcotráfico que terminó con el fusilamiento de cuatro militares entre ellos el general Arnaldo Ochoa y el coronel Antonio de la Guardia, la cadena de televisión de Miami Mega-TV, en el programa María Elvira Live!, emitió fragmentos de unos videos supuestamente inéditos y desconocidos hasta ese momento, obtenidos de las “bóvedas del régimen castrista”.
En las imágenes aparecían, entre otros, Ochoa y el general Patricio de la Guardia (hermano gemelo de Antonio), durante algunos ratos libres en su misión militar en Angola, a fines de los años 80.
Sin embargo, los videos no habían salido de las “bóvedas” del régimen cubano, sino de los archivos personales del escritor Norberto Fuentes, quien grabó con su cámara esas escenas en Luanda. Fuentes, autor de libros como Dulces guerreros cubanos (donde aparecen algunas de la imágenes de los videos emitidos en Mega TV) y La autobiografía de Fidel Castro, exigió a Maria Elvira Salazar que no siguiera exhibiendo en su programa esos videos de su propiedad, algo que ella continuó haciendo durante cuatro días, hasta mostrar unos 100 minutos de ese material. Los capítulos del programa fueron subidos al sitio Youtube, pero ante la evidencia de un conflicto legal por derechos de autor, el portal decidió bajarlos meses después.
Norberto Fuentes presentó una demanda contra Mega Media Holdings Inc., propietaria de Mega TV, por el uso de videos privados sin su permiso ni consentimiento. Pero no sólo eso. Fuentes y su abogado, Richard Burton, denuncian que esas cintas fueron robadas de su archivo, sin que hasta ahora Salazar haya explicado razonablemente cómo las obtuvo. Como era de esperar, la causa fue acogida por el juez de turno. Pero este año el juez de distrito Federico A. Moreno decidió poner en el caso a otro magistrado, Edwin G. Torres, quien rechazó los argumentos de la demanda, esgrimió el argumento de fair use y aseguró que la exigencia de Fuentes no tenía razón tratándose de un video de carácter histórico.
Sin embargo, esos argumentos no tienen validez y existen múltiples ejemplos. Quizá el más conocido sea el de la llamada película Zapruder, el único registro completo del asesinato de John F. Kennedy, en Dallas, en 1963. La filmación de 18 segundos fue vendida a la revista Life (pese a su innegable valor histórico) y recientemente el gobierno de Estados Unidos pagó US$ 16 millones por obtener una copia de la misma.
Para sorpresa de Mega-TV, de María Elvira Salazar (quien está en tratativas para emigrar a la cadena CNN en Español), de sus abogados y de los jueces de Miami, el abogado Burton decidió apelar al fallo de Torres-Moreno, y el caso ahora debe ser visto por una corte de apelaciones federal, lejos del hervidero del sur de la Florida.