Así, sostiene que Radio y TV Martí, “supuestamente están dirigidas a contribuir en la búsqueda de la democracia en Cuba” y “cuyo objetivo principal era llevar información al pueblo cubano”, son en realidad una “estafa”, “un nicho de mediocres y oportunistas”, “dirigidas por ignorantes” designados “gracias a favores políticos”, donde se “censura” y donde se actúa con “impunidad”. Eso sin importar quién está en Washington, sea republicano o demócrata: ahí siempre es Miami.
Y para ejemplificar esos dardos, pone el caso de la entrevista publicada en el sitio web de Radio y TV Martí de Armando de Armas a Miriam Gómez, la viuda de Guillermo Cabrera Infante. Sin embargo, el diálogo –plagado de imprecisiones, disparates y difamaciones- deriva en una muestra del “facilismo de vivir encerrados en esa melcocha ideológica que se consume en Miami, donde todo lo que viene de Cuba es malo y todo lo que se produce en el exilio es bueno”, escribe Alejandro Armengol.
Guillermo Cabrera Infante, junto a su
primera esposa Marta Calvo, descansa durante un trabajo voluntario agrícola cerca de La Habana, en 1959. |
Para ver el artículo íntegro puedes dirigirte al blog de Armengol o al sitio de Norberto Fuentes.