jueves, 31 de mayo de 2012

Espejismos en el Golfo

Puede ser que hasta los indios taínos hayan sabido que ahí no había nada. Nada, aparte del mar y del viento que levanta las olas. Pero quienes sí habrían estado enterados, y desde hace mucho, son los estadounidenses, los rusos y... los cubanos. Sin embargo, nadie les dijo nada a los pobrecitos españoles. El martes la compañía petrolera Repsol, de capitales ibéricos, informó que tiraba la toalla, que no seguiría en la infructuosa tarea de buscar petróleo en el lecho marino frente a las costas cubanas. Entre medio, se gastaron 150 millones de dólares en los trabajos de prospección petrolera desde 2000. Incluso a fines de enero pasado plantaron frente a La Habana una plataforma arrendada, la Scarabeo-9, para perforación en aguas ultraprofundas en la zona económica exclusiva. Pero el 18 de mayo la compañía cedió ante la evidencia. “El pozo que perforamos resultó estar seco, y es casi seguro que no tendremos más actividad allí”, declaró el martes el presidente de Repsol, Antonio Brufau, en Madrid. Esa pasmosa sequedad quizá explique por qué los vecinos del frente, los del otro lado del Golfo de México, es decir, los norteamericanos, nunca se inquietaron por lo que pudiesen encontrar los españoles: porque tienen que haber sabido que ahí no había nada (de haber tenido algún indicio de que algo negro se movía ahí abajo, seguro habrían comprado no sólo el mar sino también Madrid y España entera; mal que mal, sus bonos ahora están tan bajos que parecen a precios de ocasión). Lo mismo habrían comprobado los soviéticos en sus décadas de presencia y buena amistad con Cuba. El gobierno de la isla, que parece no perder la picardía y el sentido del humor, se habría hecho el interesado en el proyecto de Repsol, a sabiendas. Así, mantenía sin tantos reclamos a los peninsulares y de paso provocaba a algún sector incauto de la clase política estadounidense con el "cuco" de que esa islita pudiese convertirse en una nueva potencia petrolera. No es un secreto que Cuba -esta Cuba- no piensa en vivir del petróleo ni del azúcar ni del ron, sino que sus mayores productos de exportación son los líos y la publicidad que logra de ellos.