lunes, 28 de julio de 2008

Sintonía fraterna

Parecería que Raúl Castro se alineó, aunque sea sólo por esta vez, con su hermano Fidel. En su discurso del 26 de julio (día que se conmemora el fallido asalto al Cuartel Moncada de Santiago de Cuba, en 1953) el Presidente cubano dejó a un lado su mentado proceso de reformas y no anunció medidas que vayan en esa línea. Por el contrario, se centró en las dificultades que se avecinan. "Hay que acostumbrarse no sólo a recibir buenas noticias", dijo. Y a diferencia del mensaje del año anterior, cuando ofreció un "ramo de olivo" a Estados Unidos, este año afirmó que "la defensa continuará sin descuidarse, independientemente de los resultados de las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos". En 2007, pocos días después de que Raúl pronunció estos comentarios dirigidos a Washington, su retirado hermano publicó una crítica reflexión donde destacó que "nadie se haga la menor ilusión de que el imperio, que lleva en sí los genes de su propia destrucción, negociará con Cuba", dejando en evidencia las discrepancias entre los Castro. Al parecer este año Raúl prefirió evitar nuevos comentarios de Fidel y seguir en silencio y en las sombras, como a él le gusta, con su particular gestión.