Dicho y hecho, esa secretaría norteamericana confirmó esta semana que el secretario de Estado adjunto para el Hemisferio Occidental, Thomas Shannon (un funcionario heredado de la era Bush), y Bolaños, jefe de la Sección de Intereses de Cuba, se reunieron al menos dos veces este mes. La primera se llevó a cabo el 13 de abril en la sede del Departamento de Estado y la última, esta misma semana, en un lugar “secreto”.
Lo cierto es que Bolaños (Las Tunas, Cuba, 1936) tiene una extensa carrera como diplomático que comenzó en 1963. Fue embajador en Polonia, Checoslovaquia, Reino Unido y Brasil. En los 90 fue el segundo hombre de la Cancillería cubana, pero en 2001 volvió a ser destinado a una embajada: México. Allí le correspondió afrontar la tensión en las relaciones mexicano-cubanas, durante el gobierno de Vicente Fox, e incluso estuvo tres meses alejado de su embajada acusado por México de haber participado en reuniones no autorizadas con el Partido Comunista local. Pero su gestión en tierras aztecas concluyó con el mejoramiento de los vínculos y el reconocimiento a su labor por todos los sectores políticos mexicanos.
En 2007 fue nombrado jefe de la Sección de Intereses cubanos en Washington, cuando Fidel Castro ya había delegado sus funciones en régimen de la isla, y en momentos que el gobierno de Bush cosechaba derrotas y malas notas en los sondeos, por lo que un posible recambio en el gobierno en las elecciones de 2008 se daba por descontado. Un esquema que parece estar dando frutos y que podría dar paso a un nivel superior en las negociaciones.