Es un apasionado trompetista y un convencido revolucionario. Eso sí, esconde un enorme secreto. Nada de lo que puedan estar pensando. Pepe es un vampiro y su tío es el científico Werner Amadeus von Dracula, quien ha encontrado la fórmula para que su querido sobrino pueda disfrutar del sol y las bondades de La Habana de los años 30: el Vampisol. Así, sin saber su origen, Pepe, o Joseph, ama con locura a su novia, Lola, combate a la dictadura de Machado e incluso desafía al jefe de la policía poniéndole los cuernos con su mujer. Eso es parte del argumento de la película de animación Vampiros en La Habana (1985), de Juan Padrón. Y quien pone la música en la trompeta de Pepito es nada más ni nada menos que Arturo Sandoval, el mismo al que la semana pasada el Presidente de Estados Unidos le impuso la Medalla de la Libertad, al igual que otros 16 personajes estadounidenses, incluido Bill Clinton.
Obama destacó que Sandoval es "uno de los trompetistas más reconocidos en el planeta" y recordó que fue arrestado en Cuba por escuchar jazz en la radio del gobierno estadounidense La Voz de América. "Músicos como él han sacrificado tanto por tocar" jazz, declaró Obama. Pero el gobernante no dijo nada de Pepe, ni del Vampisol, ni de que Sandoval, al igual que el sobrino de Von Dracula, fue un ferviente revolucionario. Tampoco que fue militante del Partido Comunista de Cuba, que formó parte de Irakere, que organizó muchos festivales de jazz en la isla y que hizo escenario suyo el teatro Karl Marx. Como si lo bueno de su historia hubiese comenzado cuando se marchó a Estados Unidos.
Vampiros en La Habana llegó a Chile en los años finales de la dictadura y se exhibió en algunas salas de cine-arte, como el Normandie y El Biógrafo, en Santiago. Para muchos de nosotros los “¡Abajo Machado!” los leíamos como “¡Abajo Pinochet!”. Quizá por eso me quedo con Pepito, que pese a reconocerse luego como un vampiro, se mantuvo firme junto a sus convicciones y sus ideales.
jueves, 28 de noviembre de 2013
martes, 19 de noviembre de 2013
En carrera por la sucesión de Raúl Castro
Pedro Schwarze
Publicado en La Tercera, 17 de noviembre de 2013
Durante casi cinco décadas Fidel Castro tuvo a su hermano, Raúl, cinco años menor, como el número dos del régimen, como su carta de recambio. Tras la salida abrupta de Fidel por enfermedad en 2006, y después de 19 meses de transición, en febrero de 2008 Raúl Castro asumió formalmente el mando y puso como su segundo a bordo a José Ramón Machado Ventura, un año mayor que el Presidente cubano. En febrero pasado, Raúl asumió su segundo y, según su promesa, último período de gobierno, de cinco años. Los personajes antes mencionados son todos octogenarios. Fidel Castro, 87; Raúl Castro, 82, y Machado Ventura, 83. Quizás por eso, pensando en un recambio generacional y considerando que los imponderables son más frecuentes en personas de esa edad, que el menor de los Castro decidió nombrar como vicepresidente del país a un hombre que actualmente tiene 53 años.
Se trata de Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, un ingeniero eléctrico y profesor universitario, que nació en abril de 1960, después del triunfo de la Revolución en 1959, a diferencia de una buena parte de la dirigencia cubana aún vigente que son veteranos de la lucha contra Fulgencio Batista. De hecho, es el más alto dirigente nacido tras la victoria de los “barbudos” de Sierra Maestra. Fue primer secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas de su Villa Clara natal y en 1994 fue elegido primer secretario del Comité Provincial del PC en Villa Clara. Eso le permitió alcanzar el Politburó del PC en 1997. Además, en 2003, fue elegido al frente del Comité Provincial del PC en Holguín.
Pero fue con la llegada a la cumbre del poder de Raúl Castro, que Díaz-Canel escaló más arriba y quedó más cerca de la primera línea. En mayo de 2009 fue nombrado ministro de Educación Superior, en marzo de 2012 fue designado vicepresidente del Consejo de Ministros y en febrero pasado, tras la salida de Machado Ventura, quedó como número dos del aparato de gobierno al concentrar en sus manos la primera vicepresidencia de los Consejos de Estado y de Ministro. En todo caso, aún no es el número dos de la jerarquía del país, debido a que Machado (considerado un hombre de Fidel) sigue siendo segundo secretario general del PC de Cuba.
Como sea, ocho meses ha sido llamativa la amplia presencia y el protagonismo que ha asumido Díaz-Canel, muy por encima de lo que hacía el gris Machado Ventura, y en cierto sentido que el propio Raúl Castro, quien desarrolló un gusto por trabajar, actuar y operar en las sombras, lejos de los focos casi completamente reservados para su hermano Fidel.
Sólo en las últimas semanas sus palabras han resonado en la prensa cubana, que ilustran el cambio y las reformas que está impulsando en diversas áreas que el propio Raúl Castro está conduciendo, con frases llamativas como que “hace falta un pensamiento más fresco y revolucionario en la promoción cultural”, cuando llamó a fomentar el diálogo y acentuar la acción o cuando destacó “la importancia de romper con el secretismo existente en determinados sectores porque sus directivos se oponen a dar informaciones (a la prensa) de diversos temas”. Y en junio fue él quien viajó a China y se reunió con el nuevo máximo dirigente del gigante asiático: Xi Jinping.
De cualquier forma aún falta mucho para la fecha clave: 2018. Cuando está planificado que se produzca el paso al costado de Raúl Castro, cuando tenga 86 años. Y no sería la primera vez que las cartas de futuro en el régimen cubano cae bajo fuertes acusaciones de corrupción, como fueron los casos de los ex cancilleres Roberto Robaina y Felipe Pérez Roque y el ex vicepresidente económico Carlos Lage. Para el escritor Norberto Fuentes, ex miembro del hard core cubano y autor de La autobiografía de Fidel Castro, Miguel Díaz-Canel aparece más bien “como una figura de transición. Hasta ahora no está demostrando tener mucho en la canasta. Yo veo con mejores perspectivas a Alejandro Castro, el hijo de Raúl. Fidel lo entrena a diario”.
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Entrevista a Alcibíades Hidalgo
Ex jefe de despecho político de Raúl Castro
¿Miguel Díaz-Canel es el hombre que Raúl Castro escogió como su relevo?
Creo que Díaz-Canel ha sido escogido como la carta del futuro, para suceder o encabezar la sucesión de los ancianos gobernantes.
¿En que basa esa afirmación?
El asunto tiene toda la impronta raulista. Lo nombra con mucha anticipación. Hay un período de prueba, en este caso de varios años, y asume progresivamente responsabilidades. Es lo que están hacienda ahora. Raúl Castro siempre ha preferido designar de esta manera. No le gustan las improvisaciones. Díaz-Canel ya es el primer vice de todo lo importante y si falta algo se lo darán en el camino. Ya es más importante jerárquicamente que Machado Ventura, pero el poder real sigue en manos de Raúl y Machado, mientras siga el lapso de prueba del escogido.
En todo caso aún faltan más de cuatro años para ese retiro...
Falta un largo tramo para el retiro de Raúl y hará todo lo posible por apuntalar este esquema. Tiene que reforzar la autoridad del designado ante los militares más jóvenes. De hecho Díaz-Canel tiene muchos antecedentes de servicios y colaboración con las Fuerzas Armadas. Para él sería lo ideal. La realidad dirá.
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