jueves, 26 de marzo de 2009
Comandante, poeta y bombero
lunes, 16 de marzo de 2009
Los Castro-Espín en primera línea
Por el contrario, Raúl Castro, hoy convertido en Presidente del país, siempre se ha mostrado como un hombre de familia, preocupándose incluso por la hija extramatrimonial de su hermano, Alina Fernández, quien hoy vive en Miami, y de la primera mujer de Fidel, Mirta Díaz-Balart, quien ha viajado periódicamente desde España (donde vive) a Cuba para reunirse con su hijo. Y tampoco apartó a los suyos del foco público, al punto que hoy algunos de sus hijos e incluso nietos tienen un espacio cada vez más destacado.
Quizá ese es uno de los mayores cambios que se pueden presenciar actualmente en Cuba, a casi 30 meses de que Fidel Castro le entregara la riendas del poder a su hermano. La primera que empezó a brillar en esta nueva era fue Mariela, la segunda hija de Raúl Castro, quien desde años es directora del Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba. La mujer ha encabezado un debate para luchar contra la discriminación de las minorías sexuales así como ampliar sus derechos. Pero en vista de la ausencia de su tío, se convirtió en una de las fuentes más consultadas para saber de la salud de Fidel. Y de ahí a hablar de otros temas, como el futuro político y las transformaciones que podrían producirse en el país, había sólo un paso y ella no dudó en darlo.
El hecho que habría sido determinante en el crecimiento de la presencia de Mariela, fue el fallecimiento de Vilma Espín, su madre y esposa de Raúl Castro, en junio de 2007. La mujer fue durante décadas la voz femenina del régimen, desde la Federación de Mujeres Cubanas (FMC). Un rol indispensable en un aparato predominantemente masculino y ante la ausencia de una primera dama, una figura que Fidel Castro nunca quiso perpetuar. Pero tras el fallecimiento de Vilma, Mariela ha comenzado a sonar cada vez con más fuerza, como el nuevo rostro femenino del régimen. La mayor muestra de esto se produjo en enero, cuando una foto oficial la mostró conversando animadamente con la esposa del Presidente panameño, Martín Torrijos, Vivian Fernández, durante una visita a La Habana del gobernante centroamericano.
En todo caso, lejos de dejar a Vilma Espín como un personaje del pasado, y en un nuevo ejemplo de la presencia actual de los Castro-Espín, la FMC decidió el fin de semana antepasado, reemplazar el tradicional logotipo de la organización de una miliciana sin rostro y con un bebé en sus brazos por la imagen de la esposa de Raúl, de uniforme verde olivo y fusil al hombro.
Fue precisamente con motivo de la muerte de Vilma Espín que aparecieron ante la prensa y las cámaras de televisión nacionales y extranjeras Raúl Castro y todos su hijos durante las ceremonias y funerales. Ahí estuvo Deborah, la hija mayor, Mariela, Nilsa y el ya mencionado Alejandro, quien apareció con su uniforme de coronel del Ministerio del Interior. Sólo hace un par de semanas el único hijo del gobernante cubano, de civil y luciendo una barba de chivo, presentó en la Feria del Libro de La Habana El imperio del terror texto en el que describe las supuestas bases del poder de Estados Unidos. Además, Alejandro Castro Espín fue uno de los integrantes de la delegación cubana que encabezó su padre a Rusia y Argelia, por lo que ya muchos lo mencionan como un importante asesor del gobernante isleño.
Pero quién realmente sigue los pasos de Raúl Castro, al punto de convertirse en su sombra, es su nieto mayor, Raúl, hijo de Deborah Castro y Luis Alberto Rodríguez (quien a su vez es hijo del general Guillermo Rodríguez del Pozo). Al menos desde comienzos de 2007, Raúl Rodríguez Castro ha aparecido en todo tipo de actos junto a su abuelo, supuestamente como el primer asistente del gobernante y el hombre a cargo de su seguridad. De niño su abuelo lo llamaba cariñosamente el cangrejo, porque nació con un dedo más en una de sus manos, aunque fue operado siendo muy pequeño.
miércoles, 4 de marzo de 2009
Fidel y el dominicano Leonel Férnandez
Dos monos viejos
Los cambios en el gabinete cubano en la visión de Norberto Fuentes. Pinche aquí.
martes, 3 de marzo de 2009
No cualquier peón de ajedrez
En ella enfrenta las afirmaciones que se han hecho de que los cambios ministeriales realizados sacan cuadros fidelistas y ponen a elementos raulistas. Fidel Castro sostiene que “la mayoría de los que fueron reemplazados nunca los propuse yo. Casi sin excepción llegaron a sus cargos propuestos por otros compañeros de la dirección del Partido o del Estado. No me dediqué nunca a ese oficio”. Pero después sostiene que los cambios del lunes sí le fueron consultados. “Los nuevos ministros que acaban de nombrarse fueron consultados conmigo, a pesar de que ninguna norma obligaba a los que los propusieron, a esa conducta, ya que renuncié hace rato a las prerrogativas del poder. Actuaron sencillamente como revolucionarios auténticos que llevan en sí mismos la lealtad a los principios”.
Más adelante echa algo de luz de lo que parecen ser las razones de algunas de las destituciones. Fidel dice supuestamente de Lage y Pérez Roque que: “La miel del poder por el cual no conocieron sacrificio alguno, despertó en ellos ambiciones que los condujeron a un papel indigno”. Y a continuación lanza un mensaje al aquel exterior deseoso de entenderse con la Cuba de Raúl. “El enemigo externo se llenó de ilusiones con ellos”, escribió.
Con este nuevo comentario Fidel pareciera aclarar que él aún no es pasado. Que buscará seguir activo. Y que al él nadie lo saca de la partida de juego, porque aún es un peón vivo en el medio del tablero que en cualquier momento llega al fondo y se transforma en reina.
lunes, 2 de marzo de 2009
El fin de la transición
El gobernante cubano necesitaba comprobar en estos meses que su hermano estaba retirado de las funciones ejecutivas, ya que su presencia aún era (y es) poderosa. Y para eso mismo debe haber enviado aquellas muestras de reforma, no para sondear al pueblo cubano sino a Fidel. Además Raúl necesitaba consolidar su poder en el aparato, algo que aún controla -al menos en los papeles- Fidel, y detectar los posibles focos de rebelión futura. Y por último necesitaba sentir que el mundo -con un Obama en la Casa Blanca, con una Rusia fortalecida y una América Latina interesada en entenderse con La Habana- entendía que él era el hombre a cargo y no el Michael Corleone en proceso de aprendizaje bajo los influjos del Don.
La salida de Felipe Pérez Roque de la Cancillería cubana había sido cantada en agosto de 2006 por Norberto Fuentes. "Demasiado brutal para tenerlo de canciller en unas circunstancias que prometen una diplomacia de sonrisas y amabilidades, aunque en dependencia desde luego de que la presión internacional se mantenga en su nivel actual", dijo entonces el autor del La autobiografía de Fidel Castro. Pérez Roque saltó del Grupo de Apoyo de Fidel al Minrex en 1999 para reemplazar a Roberto Robaina, por culpa de la guerra de Kosovo.
Pero el relevo de Carlos Lage como secretario del Consejo de Ministros es la mayor muestra de que Raúl está al frente en propiedad y que está dispuesto a emprender sus propios derroteros, marcar su ritmo, imponer su estilo y dejar su huella. Lage es reconocido mundialmente como el responsable de conducir el proceso de reformas y apertura económica que, en los 90, el gobierno de Fidel puso en marcha para paliar la crisis provocada por la desaparición de la Unión Soviética.
Ahora falta saber por donde irá esa conducción y quien ocupará en los hechos el rol que tenía Lage, la cara amable y responsable del régimen en el exterior.
La remodelación del gabinete cubano, que fue anunciada en un comunicado por televisión oficial, se produce mientras en Estados Unidos se está debatiendo la idea de suavizar el embargo que Washington impuso a Cuba hace ya 45 años. Un debate que estaría teniendo sus efectos en el diario El Nuevo Herald con la renuncia de su director, Humberto Castelló, y los despidos de los periodistas Benigno Dou, Tony Espetia y Andrés Reynaldo.