viernes, 24 de julio de 2009

El reloj de arena de Varadero

Las playas de Varadero, el principal polo turístico de Cuba junto con La Habana, han recibido este año 380.000 metros cúbicos de arena para contrarrestar la erosión que las afecta. Un equipo buzos, dragadores y operadores de maquinaria pesada extraen la arena de la cuenca de Cayo Mono,al oeste del balneario, y la vierte en unos 700 metros del sector histórico.

Los 22 kilómetros de playas de Varadero, con decenas de hoteles internacionales a 140 kilómetros al este de La Habana, pierden anualmente 1,2 metros de su fina y blanca arena, de los 22 de ancho que tienen en promedio. Entre las causas de la pérdida de arena destaca su excesiva explotación sin una adecuada política de manejo costero, escribió la agencia cubana Prensa Latina. En todo caso las pérdidas de las dunas serían inferiores a Cancún, Crane y Puerto Plata.

Situado en la larga y estrecha Península de Hicacos, el balneario recibió el año pasado 1,3 millón de visitantes, de los 2,3 millones que llegaron a Cuba, según el Ministerio del Turismo. Según esas cifras cada día visitan entre 40 mil y 60 mil turistas las playas de Varadero, que retroceden un promedio de 1,2 metros al año.

Algunos ecologistas advierten sobre los riesgos del dragado para la superficie marina, pero estudios oficiales cubanos dicen que se están evitando daños en corales y otros organismos del litoral.

domingo, 19 de julio de 2009

"Las revoluciones son empresas juveniles"

Esta es la versión extensa de la entrevista que le hice a Sergio Ramírez esta semana y cuya versión resumida apareció este domingo en La Tercera.

El escritor Sergio Ramírez (66) fue miembro de la junta de gobierno que se formó tras el triunfo de la Revolución Sandinista y el derrocamiento de Anastasio Somoza, hace 30 años exactos. Fue vicepresidente del gobierno sandinista, fue compañero de Daniel Ortega a la reelección pero fueron derrotados, y cuando ya había roto con Ortega, fue candidato presidencial del Movimiento de Renovación Sandinista en 1996. Después de eso volvió a oficio de escritor que había dejado a fines de los 70. "Yo soy escritor y estuve prestado a la revolución el tiempo que fue necesario, pero no abandonaría este oficio por nada", asegura al descartar cualquier eventual regreso a la política. En esta entrevista hace una balance de lo que significó el triunfo de la revolución y el gobierno sandinista y acusa a Daniel Ortega de encabezar "un gobierno personal y caudillista".

¿Qué siente con este 30° aniversario de la Revolución Sandinista?

Nostalgia en primer lugar. Recuerdos, memorias de una obra inconclusa en la que yo participé con toda mi fuerza de voluntad, coraje, ánimo y que resultó en lo que resultó, pero nadie nos quita lo bailado, ¿no?

¿Por qué considera que fue una tarea inconclusa?

Porque la revolución frustró sus principios, sus objetivos, no pudo cumplirlos, luego perdió el poder en 1990 y allí terminó ese ciclo, que ya no es posible repetirlo. Las revoluciones son fenómenos históricos y la de Nicaragua duró 10 años y terminó.

¿Pero usted cree que fue una revolución perdida?

Pues, perdió su ímpetu inicial. Es perdida en el sentido de que sus grandes objetivos económicos y sociales nunca fueron cumplidos. Pero bueno, ganada en el sentido que la revolución ganó la batalla democrática que quizá nunca se propuso en primera instancia, al reconocer el triunfo electoral de doña Violeta Barrios de Chamorro en 1990 pues abrió la puertas de la democracia real al país. Por primera vez en la historia de Nicaragua un partido que llegaba al poder con la fuerza de las armas bajaba con la fuerza de los votos. Eso era una cosa inédita en América Latina. Así que creo que fue importante en la historia del país.

¿A qué se debió que no se pudiesen llevar a cabo los objetivos que tenía la Revolución Sandinista?

Una suma de circunstancias. En primer lugar a la excesiva ideologización de la revolución, que lejos de los principios de pluralismo político, no alineamiento y economía mixta que en principio se propuso, se entregó a una transformación irreal del país, a un choque violento dentro de la misma sociedad que llevó a la guerra de los Contras, que se transformó en una guerra campesina, en una guerra civil, y la guerra arrasó con cualquier perspectiva de cambio que el país tuviera porque consumió los recursos humanos y materiales de Nicaragua.

¿Cree que se debería haber buscado una alternativa a esa guerra de los Contras?

Lo que pasa es que en el impulso de una revolución juvenil la reflexión juvenil casi no tiene sitio, y yo viéndolo ahora, a la edad que tengo, pues no estaría para darle consejo a ningún revolucionario. Las revoluciones son empresas juveniles eminentemente. Sí siento que se pudo haber conseguido mayor reflexión, no destruir la unidad nacional que se había conseguido con tanto esfuerzo para derrocar a Somoza y haber sido menos arrogantes. Me parece que eso echó a perder el proyecto: la arrogancia del poder absoluto, la imposición de la ideología por sobre la realidad del país, olvidándonos que Nicaragua no era Cuba. Cuba era una isla, nosotros estábamos conectados a un sistema regional muy estrecho, como es el centroamericano, y a todo el continente, y que lo que ocurría en Nicaragua tenía inmediatamente repercusiones en el resto de Centroamérica y reacciones como las que llegamos a provocar de enemistad a muerte con la revolución por parte de los ejércitos. Todo eso pudo haberse cambiado, es posible, pero dentro de una revolución con jóvenes inexpertos, ideologizados, románticos, no lo creo.

Con la perspectiva de los años, ¿considera que los logros fueron más que los errores o a la inversa?

Creo que el peso de los errores fue mayor o el peso de los factores negativos fue mayor. Porque los factores negativos no dependían sólo de los errores. Unos errores traían consecuencias negativas y estas traían otras y esto creó un alud de nieve. Yo dentro de lo positivo, de lo que queda de la revolución, destacaría el respeto a la voluntad electoral, que ahora no se está practicando, porque hemos vuelto a los fraudes electorales, pero la democracia necesita del respeto para que un país viva en paz, el respeto a los votos es necesario; la institucionalización del Ejército, de las policías, que salieron de la nada, de la revolución también, al destruirse el Ejército y la policía de Somoza, y que ahora sobreviven como instituciones y tienen un funcionamiento real dentro de la sociedad. Esos son los legados más visibles en este momento.

El ex comandante de guerrilla salvadoreña, Joaquín Villalobos, dijo hace algunos años que se aliviaba de que ellos no hubiesen tomado el poder en su país. "Quién sabe qué barbaridades, qué errores hubiéramos cometido", afirmó. ¿Qué piensa usted de una frase así?

Yo me alegro mucho de que derrocamos la dictadura de Somoza y que logramos empezar un proyecto que quería lo mejor para Nicaragua, que quería la transformación de las estructuras para favorecer a los más pobres del país, a los que siempre estuvieron olvidados. De esto no me voy a arrepentir nunca. Las consecuencias de estos actos son otra cosa. Pero el hecho de haber tomado el poder, de haber derribado una dictadura sangrienta y de haber celebrado un 19 de julio el triunfo popular sobre una dictadura, eso es algo a lo que yo no renunciaría por nada y no me arrepentiría nunca de haber participado en esa empresa.

¿Se arrepiente de su paso por el gobierno?

De ninguna manera. La vida está hecha de pasos. Uno pasa por distintas circunstancias y no puede estarlas corrigiendo. A la altura de los años, ocurrió lo que ocurrió, yo tomo lo bueno o tomo lo malo, lo tomo todo junto. Que me gusta este plato que este no me gusta. No, lo cojo todo y me hago responsable de todo.

¿Qué tan importante fue el rol de los cubanos durante el gobierno sandinista?

El rol de los cubanos lo propusimos y lo hicimos nosotros. Cuba entró hasta donde nosotros deseamos y quisimos que entrara. Nunca hubo un papel agresivo de los cubanos, de decir aquí me siento yo, esta es mi silla, yo voy a dirigir el país. Hubo una fiebre de Cuba del sábado por la noche, una fiebre de que todos tenían poleras cubanas, el color de los uniformes, las insignias de los comandantes. Había una especie de afición romántica a Cuba porque la mayoría de los padres guerrilleros se habían entrenado en Cuba, reverenciaban al Che Guevara, a Fidel Castro. Yo diría que tuvo de positivo y de negativo la influencia y la participación cubana en la revolución.

En una entrevista, esta semana, el ex comandante sandinista Tomás Borge, actual embajador en Perú, dijo que muchos de los errores cometidos por los sandinistas es que no se siguieron los consejos que les dio Cuba y Fidel Castro, que eran sus amigos.

Veo que todos los arrepentimientos que Tomás Borge muestra en esa entrevista debería mostrarlo de cara al actual gobierno del cual el forma parte. Ahora se están haciendo cosas peores que en los años 80. Se están haciendo fraudes electorales, se está preparando una reforma a la Constitución para permitir la reelección del Presidente, los tribunales de justicia están en manos personales del Presidente de la República, no hay aquí juicios justos. Me parece que si alguien quiere hacer una autocrítica debería referirse a estos temas, no tanto a los temas del pasado. Ser crítico con los temas del pasado si uno tiene actualmente posiciones de poder me parece que viene a ser como inocente, no tiene consecuencia.

Borge incluso dice que usted "tenía mucho poder, más que Daniel (Ortega) incluso, porque él era el director administrativo de la Revolución".

(Se ríe) Si eso fuera así tal vez las cosas hubiera tomado un rumbo mejor, ¿no?

¿Qué opinión tiene del actual gobierno de Daniel Ortega?

Es un gobierno convencional, que no representa para nada a la revolución. Tiene el nombre del Frente Sandinista como un membrete, con una marca de fábrica, de marca registrada, pero no tiene nada que ver con la revolución. Son dos fenómenos absolutamente diferentes. Este es un gobierno personal, caudillista, basado en el poder de Ortega y su familia. La revolución era mucho más, tenía un gobierno colegiado, había un ensayo de partido que era el que tomaba las decisiones. Ahora todo es absolutamente personal.

miércoles, 15 de julio de 2009

No hay crisis para Havana Club

La crisis mundial no estropeará los planes de vender cinco millones de cajas anuales de Havana Club para 2013. Así al menos se lo dijo el director de la compañía, Marc Beuve-Mery, a la agencia The Associated Press. La empresa presentó una nueva planta de producción del ron en la localidad de San José de las Lajas, a unos 40 kilómetros de La Habana. "El crecimiento de la marca ha sido continuo desde que comenzó" la coinversión en 1993, indicó el funcionario. Havana Club Internacional es una compañía mixta entre Cuba Ron S.A. y el grupo francés Pernod Ricard que comercializa su producto en más de 120 países y ocupa el lugar 25 entre las bebidas alcohólicas más vendidas.

Beuve-Mery confirmó que en 2008 la compañía vendió 3,4 millones de cajas -cada caja corresponde a 9 litros- sin tener acceso al mercado más grande del mundo, Estados Unidos, donde las sanciones impiden la comercialización del productos cubanos. Según el vicepresidente de Cuba Ron, Juan González, si el mercado estadounidense -que tiene el 40% de la cuota de ventas de ron del orbe- estuviera disponible, podrían colocarse allí un millón de cajas anuales del espirituoso isleño. Cuba mantiene un litigio jurídico y comercial con Estados Unidos pues éste autorizó a la compañía Bacardí a producir y vender la marca Havana Club con rones de Puerto Rico en su mercado doméstico.

Para Beuve-Mery, los mejores crecimientos del ron se dieron en Europa, Francia, Alemania e Italia. Aunque el crecimiento de las ventas de 2008 fue de 13% en relación a 2007, Beuve-Mery se mostró cuidadoso con las proyecciones de 2009. "Es complicado hacer pronósticos, está claro que la crisis impactó... pero Havana Club resiste y lo que podemos decir es que vamos a seguir creciendo", dijo el gerente. "La tendencia del consumidor es a tomar menos pero mejor", explicó. Agregó que la fortaleza del ron cubano es que se hace con una destilación y añejamiento completamente natural sin aditivos. La crisis es solo "un paréntesis" en sus planes para lograr las cinco millones de cajas producidas en 2013, dijo Beuve-Mery.

lunes, 13 de julio de 2009

Ni corrupción ni conspiración

En su más reciente reportaje sobre las destituciones de marzo en el gobierno cubano, el corresponsal del diario El País en La Habana, Mauricio Vicent, da a conocer nuevos detalles de lo que fue esa purga. Y quedaría claro que obtuvo esas informaciones de fuentes muy oficiales, especialmente en el siguiente párrafo, que buscaría dejar zanjada la situación de los "tronados". Del único sobre quien no hecha luces, si no más bien sombras, es Conrado Hernández, el ahora ex jefe de la oficina comercial del gobierno vasco en La Habana.

"Los destituidos fueron acusados de deslealtad, abuso de poder, de cometer indiscreciones graves -(el ex vicepresidente Carlos) Lage reveló a Conrado (Hernández) la elección de (el actual vicepresidente primero, José Ramón) Machado Ventura antes de que fuese oficial- y de albergar ambiciones políticas. Nada de corrupción ni conspiración, por ello ninguno fue detenido ni expulsado del Partido Comunista. (El ex canciller, Felipe) Pérez Roque y (el ex vicepresidente del Consejo de Ministros, Otto) Rivero trabajan en la actualidad como ingenieros electrónicos en dos fábricas de La Habana. (El ex secretario de Fidel Castro, Carlos) Valenciaga está en los archivos de la Biblioteca Nacional, y Lage, al parecer, sigue aún en su casa, con el estatus conocido en Cuba como plan pijama, sin nada que hacer".

viernes, 3 de julio de 2009

Huele a peligro

Para el Presidente cubano, Raúl Castro, los meses posteriores a la invasión de Irak en 2003 por parte de Estados Unidos, fueron el período más peligroso para la seguridad de la isla desde la Crisis de los Misiles o la Crisis de Octubre, en 1962. "Los pronósticos se confirmaron. Evitamos la guerra y con ello la ganamos", comentó Castro según la edición del viernes del diario Granma, que informó de una reunión ampliada del Consejo de Defensa Nacional.

Raúl Castro hizo un balance de los planes de la isla en torno a fortalecer sus capacidades defensivas que comenzaron en 2003 y se reforzaron en 2006, año en que enfermó Fidel Castro. Según Granma la administración de George W. Bush (2001-2009) "aprovechó la histeria desatada tras el acto terrorista contra las Torres Gemelas en Nueva York, para declarar su propósito de atacar 'oscuros rincones del mundo". "El gobierno norteamericano de entonces arreció hasta el absurdo el bloqueo económico, la guerra ideológica y el resto de las agresiones contra Cuba, e incluso insinuó una acción militar directa", agregó.

Raúl Castro incluso recordó algunos episodios narrados en el libro de Bob Woodward Bush at war, con los preparativos de la Casa Blanca para atacar a Cuba. "Fue uno de los momentos más peligrosos que ha vivido nuestro país, después de la crisis de los cohetes en 1962", afirmó.

miércoles, 1 de julio de 2009

Los Angeles-La Habana


Tras casi cinco años de interrupción, este martes fueron reanudados los vuelos directos de Los Angeles a La Habana, algo que se produce dos meses después que Barack Obama eliminó las restricciones para visitar Cuba y enviar remesas desde Estados Unidos. Aunque con sólo 55 pasajeros, el Boeing 737-800 operado por Continental Airlines partió del Aeropuerto Internacional de Los Angeles rumbo a la capital cubana en un vuelo que toma cinco horas y media. El último vuelo directo de Los Angeles a Cuba fue en julio de 2004, cuando entraron en vigor las restricciones del gobierno de Bush.

Desde que Obama eliminó restricciones en abril, ya no hay límites en la frecuencia de los viajes que un cubano puede hacer a la isla desde Estados Unidos ni el monto de remesas a enviarse, y la definición de familia se amplió para incluir hasta primos en segundo grado, así como a cualquiera que viva como "familia" en la casa del viajero autorizado. Aproximadamente 1,5 millones de estadounidenses tienen familiares en Cuba. También pueden viajar, previo permiso del gobierno federal, ciertas personas como profesionales, académicos y conferencistas; también se puede viajar por deportes, y motivos religiosos y humanitarios.