jueves, 28 de noviembre de 2013

Un trompetista revolucionario

Es un apasionado trompetista y un convencido revolucionario. Eso sí, esconde un enorme secreto. Nada de lo que puedan estar pensando. Pepe es un vampiro y su tío es el científico Werner Amadeus von Dracula, quien ha encontrado la fórmula para que su querido sobrino pueda disfrutar del sol y las bondades de La Habana de los años 30: el Vampisol. Así, sin saber su origen, Pepe, o Joseph, ama con locura a su novia, Lola, combate a la dictadura de Machado e incluso desafía al jefe de la policía poniéndole los cuernos con su mujer. Eso es parte del argumento de la película de animación Vampiros en La Habana (1985), de Juan Padrón. Y quien pone la música en la trompeta de Pepito es nada más ni nada menos que Arturo Sandoval, el mismo al que la semana pasada el Presidente de Estados Unidos le impuso la Medalla de la Libertad, al igual que otros 16 personajes estadounidenses, incluido Bill Clinton.

Obama destacó que Sandoval es "uno de los trompetistas más reconocidos en el planeta" y recordó que fue arrestado en Cuba por escuchar jazz en la radio del gobierno estadounidense La Voz de América. "Músicos como él han sacrificado tanto por tocar" jazz, declaró Obama. Pero el gobernante no dijo nada de Pepe, ni del Vampisol, ni de que Sandoval, al igual que el sobrino de Von Dracula, fue un ferviente revolucionario. Tampoco que fue militante del Partido Comunista de Cuba, que formó parte de Irakere, que organizó muchos festivales de jazz en la isla y que hizo escenario suyo el teatro Karl Marx. Como si lo bueno de su historia hubiese comenzado cuando se marchó a Estados Unidos.

Vampiros en La Habana llegó a Chile en los años finales de la dictadura y se exhibió en algunas salas de cine-arte, como el Normandie y El Biógrafo, en Santiago. Para muchos de nosotros los “¡Abajo Machado!” los leíamos como “¡Abajo Pinochet!”. Quizá por eso me quedo con Pepito, que pese a reconocerse luego como un vampiro, se mantuvo firme junto a sus convicciones y sus ideales.

martes, 19 de noviembre de 2013

En carrera por la sucesión de Raúl Castro


Pedro Schwarze
Publicado en La Tercera, 17 de noviembre de 2013

Durante casi cinco décadas Fidel Castro tuvo a su hermano, Raúl, cinco años menor, como el número dos del régimen, como su carta de recambio. Tras la salida abrupta de Fidel por enfermedad en 2006, y después de 19 meses de transición, en febrero de 2008 Raúl Castro asumió formalmente el mando y puso como su segundo a bordo a José Ramón Machado Ventura, un año mayor que el Presidente cubano. En febrero pasado, Raúl asumió su segundo y, según su promesa, último período de gobierno, de cinco años. Los personajes antes mencionados son todos octogenarios. Fidel Castro, 87; Raúl Castro, 82, y Machado Ventura, 83. Quizás por eso, pensando en un recambio generacional y considerando que los imponderables son más frecuentes en personas de esa edad, que el menor de los Castro decidió nombrar como vicepresidente del país a un hombre que actualmente tiene 53 años.

Se trata de Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, un ingeniero eléctrico y profesor universitario, que nació en abril de 1960, después del triunfo de la Revolución en 1959, a diferencia de una buena parte de la dirigencia cubana aún vigente que son veteranos de la lucha contra Fulgencio Batista. De hecho, es el más alto dirigente nacido tras la victoria de los “barbudos” de Sierra Maestra. Fue primer secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas de su Villa Clara natal y en 1994 fue elegido primer secretario del Comité Provincial del PC en Villa Clara. Eso le permitió alcanzar el Politburó del PC en 1997. Además, en 2003, fue elegido al frente del Comité Provincial del PC en Holguín.

Pero fue con la llegada a la cumbre del poder de Raúl Castro, que Díaz-Canel escaló más arriba y quedó más cerca de la primera línea. En mayo de 2009 fue nombrado ministro de Educación Superior, en marzo de 2012 fue designado vicepresidente del Consejo de Ministros y en febrero pasado, tras la salida de Machado Ventura, quedó como número dos del aparato de gobierno al concentrar en sus manos la primera vicepresidencia de los Consejos de Estado y de Ministro. En todo caso, aún no es el número dos de la jerarquía del país, debido a que Machado (considerado un hombre de Fidel) sigue siendo segundo secretario general del PC de Cuba.

Como sea, ocho meses ha sido llamativa la amplia presencia y el protagonismo que ha asumido Díaz-Canel, muy por encima de lo que hacía el gris Machado Ventura, y en cierto sentido que el propio Raúl Castro, quien desarrolló un gusto por trabajar, actuar y operar en las sombras, lejos de los focos casi completamente reservados para su hermano Fidel.

Sólo en las últimas semanas sus palabras han resonado en la prensa cubana, que ilustran el cambio y las reformas que está impulsando en diversas áreas que el propio Raúl Castro está conduciendo, con frases llamativas como que “hace falta un pensamiento más fresco y revolucionario en la promoción cultural”, cuando llamó a fomentar el diálogo y acentuar la acción o cuando destacó “la importancia de romper con el secretismo existente en determinados sectores porque sus directivos se oponen a dar informaciones (a la prensa) de diversos temas”. Y en junio fue él quien viajó a China y se reunió con el nuevo máximo dirigente del gigante asiático: Xi Jinping.

De cualquier forma aún falta mucho para la fecha clave: 2018. Cuando está planificado que se produzca el paso al costado de Raúl Castro, cuando tenga 86 años. Y no sería la primera vez que las cartas de futuro en el régimen cubano cae bajo fuertes acusaciones de corrupción, como fueron los casos de los ex cancilleres Roberto Robaina y Felipe Pérez Roque y el ex vicepresidente económico Carlos Lage. Para el escritor Norberto Fuentes, ex miembro del hard core cubano y autor de La autobiografía de Fidel Castro, Miguel Díaz-Canel aparece más bien “como una figura de transición. Hasta ahora no está demostrando tener mucho en la canasta. Yo veo con mejores perspectivas a Alejandro Castro, el hijo de Raúl. Fidel lo entrena a diario”.
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Entrevista a Alcibíades Hidalgo
Ex jefe de despecho político de Raúl Castro

¿Miguel Díaz-Canel es el hombre que Raúl Castro escogió como su relevo?
Creo que Díaz-Canel ha sido escogido como la carta del futuro, para suceder o encabezar la sucesión de los ancianos gobernantes.

¿En que basa esa afirmación?
El asunto tiene toda la impronta raulista. Lo nombra con mucha anticipación. Hay un período de prueba, en este caso de varios años, y asume progresivamente responsabilidades. Es lo que están hacienda ahora. Raúl Castro siempre ha preferido designar de esta manera. No le gustan las improvisaciones. Díaz-Canel ya es el primer vice de todo lo importante y si falta algo se lo darán en el camino. Ya es más importante jerárquicamente que Machado Ventura, pero el poder real sigue en manos de Raúl y Machado, mientras siga el lapso de prueba del escogido.

En todo caso aún faltan más de cuatro años para ese retiro...
Falta un largo tramo para el retiro de Raúl y hará todo lo posible por apuntalar este esquema. Tiene que reforzar la autoridad del designado ante los militares más jóvenes. De hecho Díaz-Canel tiene muchos antecedentes de servicios y colaboración con las Fuerzas Armadas. Para él sería lo ideal. La realidad dirá.

viernes, 31 de mayo de 2013

Comandante de las letras revolucionarias

Luis Pavón Tamayo, señalado como el artífice del llamado “quinquenio gris” y como uno de los censores en Cuba en los 70, falleció el pasado sábado 25, a los 83 años en La Habana. Pavón, quien fue director Verde Olivo, la revista de las Fuerzas Armadas, y presidente del Consejo Nacional de Cultura, entre 1971 y 1976 (instancia que después pasaría a ser el Ministerio de Cultura), fue acusado de haber encabezado una campaña para vetar a algunos intelectuales y artistas, como José Lezama Lima y Virgilio Piñera, muchos de ellos por su condición de homosexuales.

Revuelo causó en algunos círculos su aparición en 2007 en la televisión cubana —en el espacio Impronta, dedicado a rescatar la obra de personalidades de la cultura nacional—, y especularon con el regreso de algunas de las prácticas de ese “quinquenio”, en esos primero meses de la gestión de Raúl Castro, tras el retiro de Fidel. Pero nada de eso pasó. Sólo fue una histeria, luego llamada la “guerrita de los emails”.

Curiosamente el fallecimiento de Pavón no ha sido publicado por ningún medio relevante, ni en Cuba ni en el exterior, y todas las informaciones divulgadas se han remitido al blog Libreta de apuntes del escritor Norberto Fuentes, que fue quien divulgó la noticia. El silencio sobre el deceso de Pavón llama la atención considerando su relevancia en las décadas de los 60 y 70 en el ámbito cultural de la isla.

Luis Pavón, quien nació en Holguín el 31 de marzo de 1930, participó en la lucha clandestina contra Batista. Estudió Leyes pero se dedicó al periodismo. Trabajó en varios medios escritos cubanos como Norte, Verde Olivo, Cuba, Bastión, Granma, Bohemia. Fue profesor de la Escuela de Periodismo de las Fuerzas Armadas entre 1967 y 1969. Publicó varios libros de poemas y dos novelas policíacas. Y fue miembro fundador de la Unión de Periodistas de Cuba.

Pese a las palabras y los litros de tinta que se emplearon durante las últimas décadas en su contra, Pavón nunca salió a responder ni a defenderse, ya que entendía —según algunos cercanos— que había hecho lo que le correspondía hacer y eso era acatar las decisiones del Comandante en Jefe, Fidel Castro. Pero no se limitó a eso. Pavón fue un gestor cultural y estuvo detrás de la carrera de no pocos, como el cantautor de Silvio Rodríguez, desde sus tiempos como conscripto, y fue un pluma ágil para pulir los escritos de Ernesto Guevara en Verde Olivo. No por nada el Che decía de él que era “el comandante de las letras revolucionarias”.

Precisamente fue Norberto Fuentes uno de quienes ‘sufrió’ la mano de Pavón. En septiembre de 1968 una crítica no firmada en Verde Olivo sobre Condenados de Condado fue el comienzo de los años grises de Norberto. El propio Fidel Castro había exigido a Pavón que destrozara el libro de cuentos de Fuentes con el que había ganado el Premio Casa de las Américas a comienzos de ese año. El director de la revista hizo la crítica, pero —para desagrado de Fidel— no arrasó con el texto, sino que dejó la puerta entreabierta para el regreso de Norberto. Dicho y hecho, Pavón fue clave en la reincorporación de Fuentes a la primera línea de literatura cubana y quien le encargó una nota que a la postre terminaría convirtiéndose en el libro Hemingway en Cuba.

jueves, 9 de mayo de 2013

El libro ajeno

FILE - In this black and white file photo from the mid-1900's, released by the
John F. Kennedy Presidential Library and Museum in Boston, shows Ernest
Hemingway, second from right, and Gianfranco Ivancich, right, dining with
an unidentified woman, left, wife Mary Hemingway, second from left, and
Juan "Sinsky" Dunabeitia, center, at Hemingway's villa Finca Vigia in
San Francisco de Paula, Cuba. Cuba and a private U.S. foundation are
working together to preserve more of the novelist's papers and belongings
that have been kept at his home near Havana since he died in 1961.
The digitization of 2,000 Hemingway papers and materials will be transferred
to Boston's John F. Kennedy Library. (AP Photo/John F. Kennedy Presidential
Library and Museum, File) Cuba Hemingway Collection.


Documentos de Hemingway en Cuba a Biblioteca JFK

Por Brett Zongker (The Associated Press), Washington  
6 de mayo de 2013

Académicos y el público en general podrán tener mayor acceso a los libros y grabaciones que Ernest Hemingway dejó en Cuba, donde escribió algunas de sus obras más famosas, al partir hacia Estados Unidos.

Cuba y una fundación privada estadounidense colaboran para preservar más de los documentos y pertenencias que quedaron en la casa, cerca de La Habana, desde la partida del novelista, que murió en Estados Unidos en 1961. El lunes en el Capitolio estadounidense, el representante James McGovern de Massachusetts y la Finca Vigia Foundation con sede en Boston anunciaron la digitalización de 2.000 documentos de Hemingway y otros materiales. Las copias digitales serán transferidas a la Biblioteca John F. Kennedy en Boston.

Esta es la primera vez que alguien en Estados Unidos ha podido examinar estas pertenencias del escritor guardadas por años en su casa en Cuba, la Finca Vigía. Los documentos incluyen pasaportes que muestran los viajes de Hemingway y cartas que hablan de obras como El viejo y el mar.

Jenny Phillips, la nieta del editor de Hemingway, Maxwell Perkins, creó la Fundación Finca Vigia en 2004 tras una visita a La Habana en la que vio la casa del escritor en el abandono y se enteró de que había muchas grabaciones en el sótano de la vivienda. Phillips hizo las gestiones para que el Departamento de Estado y el Tesoro le dieran permiso para enviar a conservadores y archivistas a Cuba para ayudar a salvar los archivos literarios.

"Son los despojos y los desechos de la vida de un escritor. Es su vida y su obra", dijo Phillips. "Todos esos pedacitos y piezas se juntan para crear un gran rompecabezas".

Los archivos recientemente digitalizados incluyen cartas de Hemingway a la actriz Ingrid Bergman y otras a su esposa Mary, pasaportes documentando sus viajes, cuentas en bares, listas de compras y anotaciones sobre huracanes. No incluye ningún manuscrito.

Un esfuerzo de digitalización anterior divulgó 3.000 archivos de Hemingway en 2008 y presentó por primera vez fragmentos de manuscritos, incluyendo un final alternativo para Por quién doblan las campanas y correcciones a borradores de El viejo y el mar.

En la Finca Vigía continúan las obras de restauración. Se está construyendo un nuevo edificio climatizado en el que se albergarán los libros del escritor y las grabaciones originales.

"Desde hace años los académicos tratan de ver qué hay ahí, y por la situación política entre ambos países los cubanos se aferraron muy pronto a lo que tenían", dijo Phillips, quien ha negociado entre los cubanos y los estadounidenses para tener acceso a la colección de Hemingway. "Creo que es una colaboración extraordinaria y única entre los dos países".

McGovern, quien aboga por regularizar las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, ha calificado la colaboración por Hemingway como histórica.

La biblioteca Kennedy tiene una gran colección de Hemingway con más de 100.000 páginas de escritos y 10.000 fotografías gracias a la intervención de Jacqueline Kennedy para albergarlos. Tras la muerte del escritor en 1961 el presidente John F. Kennedy ayudó a que la esposa del escritor, Mary Welsh Hemingway, regresara a Cuba para recuperar sus pertenencias, pero Mary sólo se pudo llevar lo que cupo en un bote. El resto lo quemó, por considerarlo demasiado íntimo, o lo dejó en la casa.

— O —

La academia americana parece no hacer el mínimo esfuerzo por documentarse, o por lo menos googlear (quizá algo muy poco académico, pero por lo menos efectivo), sobre Hemingway y sobre lo que dejó en San Francisco de Paula, La Habana, y hace afirmaciones sin un chequeo básico. A las señoras de la Fundación Finca Vigía y de la Biblioteca Kennedy solo les bastaría consultar dos libros de Norberto Fuentes, para darse cuenta de que están vendiendo (o comprando) chatarra. Especialmente por el hecho de que los documentos y manuscritos más relevantes e importantes que quedaron el sótano de Finca Vigía —y que ahora ofrecen digitalizados para evitar un engorroso viaje a La Habana para poder leerlos, todo por una gentileza (¿y unos cuantos dólares de por medio?) de los cubanos— ya fueron reproducidos en las páginas de Hemingway en Cuba en… 1984. Es decir, hace casi 30 años. Incluso la Biblioteca Kennedy entrega la imagen que encabeza esta nota sin lograr identificar a la mujer en primer plano. Ya en Ernest Hemingway: Rediscovered —el segundo libro de Fuentes sobre el novelista americano— Norberto resolvió la incógnita: es una prima de Mary Welsh Hemingway, Bea, la esposa de Homer Guck. Ver también en este blog.





sábado, 16 de febrero de 2013

Conversos en La Habana


El director de L’Osservatore Romano, Gian Maria Vian, afirmó que la decisión de Benedicto XVI de renunciar el 28 de febrero a su pontificado fue tomada tras el viaje, en marzo de 2012, a México y Cuba. En su paso por La Habana, el Papa recibió en la Nunciatura a un Fidel Castro ya retirado y con actitud piadosa (nadie ha podido afirmar si era solo apariencia o algo más). Dicen que el cansancio que experimentó en ese recorrido por tierras americanas lo convenció que no tenía las fuerzas suficientes para seguir conduciendo a la Iglesia Católica. Sin embargo, son demasiadas las coincidencias relacionadas con aquel periplo que surgen a la vista en lo que a razones e inspiraciones habría tenido Benedicto XVI para dar un paso al lado en el Vaticano.

Sin ir más lejos, el último gobernante o jefe de Estado que cedió el poder absoluto con el que contaba fue Fidel Castro. Desde 2006 el líder máximo de la Revolución Cubana vive retirado de la vida pública en un régimen de semiclaustro en una zona del oeste de La Habana. Por cierto, un retiro desde donde periódicamente sigue dando señales de que si bien no tiene la fuerza y capacidad de antaño, sigue ahí. En la Cuba comunista, Fidel estableció casi desde el comienzo que su relevo natural y oficial era su hermano, Raúl Castro. Todos —incluido el mismo Fidel— consideraban que ese relevo debía venir con la muerte del Comandante en Jefe. Pero las circunstancias (llámese diverticulitis) hicieron que el traspaso se hiciera con Fidel en vida; una experiencia que resultó a todas luces (para moros y cristianos) beneficiosa y alejada de todo el traumatismo que implica la desaparición repentina y definitiva del máximo líder. Ya de eso hace más de seis años, desde que Raúl Castro tomó las riendas y que las ha llevado con un pragmatismo abismante.

Históricamente los reinados de los papas concluyen con su muerte. Se trata de un cargo vitalicio. Pero Joseph Ratzinger decidió dejar vacante el sillón de San Pedro en vida pese a la tradición de 20 siglos. Una decisión revolucionaria, controvertida y con múltiples interpretaciones. A partir de marzo será sólo arzobispo emérito de Roma y se retirará a vivir primero en Castelgandolfo y luego al convento Mater Ecclesiae. Como en la enorme mayoría de los casos la elección de los papas se hace tras la muerte del predecesor, resulta imposible una presión de quien era hasta hace unos días jefe de la Iglesia. Pero en el actual escenario, y pese al anunciado retiro, no es imposible pensar que el entonces ex Papa (¿existe esa figura?) ejercerá alguna influencia y moverá sus fichas en el cónclave con tal de que su sucesor mantenga la línea trazada por él en sus siete años de papado y concluya las tareas emprendidas y que han quedado inconclusas. El propio hermano del Pontífice, Georg Ratzinger, citado por el diario El País de España, no se muerde la lengua al afirmar que Benedicto XVI “no ejercerá ningún tipo de influencia indeseada” en la elección del próximo Papa. De ser así, sería una hábil jugada para mantenerse en la partida por un tiempo, impedir que su camarilla tome el poder en su nombre en caso de que él esté demasiado enfermo, y evitar que un sucesor barra con lo sembrado y enrumbe por otro camino.

Sólo Benedicto XVI sabe la impresión que le dejó y los pensamientos que se cruzaron por su mente ese 28 de marzo de 2012 al encontrarse con Fidel Castro, acompañado por su esposa y dos de sus hijos. Él, que había tenido todo el poder en sus manos, había pasado a retiro. Él había supervisado cada uno de los pasos dados en las semanas y meses de la transición. Todo comandado por el mejor, el más experimentado y más preparado de sus hombres: su hermano. Él, que había colgado la guerrera verde olivo, estaba dedicado a reflexionar y al reposo. ¿Por qué yo no?